¡OH HIJO DEL ESPÍRITU!
Mi primer consejo es éste: Posee un corazón puro, bondadoso y radiante, para que sea tuya una soberanía antigua, imperecedera y perdurable. 1
¡OH HIJO DEL ESPÍRITU!
Lo más amado de todo ante Mi vista es la Justicia; no te apartes de ella si Me deseas y no la descuides para que Yo pueda confiar en ti. Con su ayuda verás con tus propios ojos y no por los ojos de otros, y conocerás con tu propio conocimiento y no mediante el conocimiento de tu prójimo. Pondera en tu corazón cómo te corresponde ser. En verdad, la justicia es Mi ofrenda a ti y el signo de Mi amorosa bondad. Tenla pues ante tus ojos. 2
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
Velado en Mi ser inmemorial y en la antigua eternidad de Mi esencia, conocí Mi amor por ti; por eso te creé, grabé en ti Mi imagen y te revelé Mi belleza. 3
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
Amé tu creación, por eso te creé. Por tanto, ámame para que mencione tu nombre y llene tu alma con el espíritu de vida. 4
¡OH HIJO DEL SER!
Amame, para que Yo te ame. Si tú no Me amas, Mi amor no puede de ningún modo alcanzarte. Sábelo, oh siervo. 5
¡OH HIJO DEL SER!
Tu Paraíso es Mi amor; tu morada celestial, la reunión conmigo. Entra en ella y no tardes. Esto es lo que ha sido destinado para ti en nuestro reino de lo alto y en nuestro exaltado dominio. 6
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
Si Me amas, despréndete de ti mismo; y si buscas Mi complacencia, no consideres la tuya, a fin de que mueras en Mí y Yo viva en ti eternamente. 7
¡OH HIJO DEL ESPÍRITU!
Para ti no habrá paz, a menos que renuncies a ti mismo y te vuelvas hacia Mí; puesto que te incumbe gloriarte en Mi nombre y no en el tuyo; poner tu confianza en Mí y no en ti mismo, ya que deseo ser amado Yo solo y por encima de todo cuanto existe. 8
¡OH HIJO DEL SER!
Mi amor es Mi fortaleza; quien entra en ella está salvo y seguro, y aquel que se aparta, sin duda se extraviará y perecerá. 9
¡OH HIJO DE LA EXPRESIÓN!
Tú eres Mi fortaleza; entra en ella para que estés a salvo. Mi amor está en ti, conócelo, para que Me encuentres cerca de ti. 10
¡OH HIJO DEL SER!
Tú eres Mi lámpara y Mi luz está en ti. Obtén de ella tu resplandor y no busques a nadie sino a Mí. Pues te he creado rico y he derramado generosamente Mi favor sobre ti. 11
¡OH HIJO DEL SER!
Con las manos del poder te hice y con los dedos de la fuerza te creé; y dentro de ti deposité la esencia de Mi luz. Conténtate con ella y no busques nada más, pues Mi obra es perfecta y Mi mandato es ineludible. No lo cuestiones ni lo pongas en duda. 12
¡OH HIJO DEL ESPÍRITU!
Te creé rico, ¿por qué te reduces a la pobreza? Te hice noble, ¿por qué te degradas a ti mismo? De la esencia del conocimiento te di el ser, ¿por qué buscas esclarecimiento en alguien fuera de Mí? De la arcilla del amor te moldeé, ¿cómo puedes ocuparte con otro? Vuelve tu vista hacia ti mismo, para que Me encuentres estando firme dentro de ti, fuerte, poderoso y autosubsistente. 13
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
Tú eres Mi dominio y Mi dominio no perece, ¿por qué temes perecer? Tú eres Mi luz y Mi luz jamás será extinguida, ¿por qué temes la extinción? Tú eres Mi gloria y Mi gloria no se desvanece; tú eres Mi manto y Mi manto no se desgastará nunca. Permanece, pues, en tu amor hacia Mí, para que puedas encontrarme en el reino de la gloria. 14
¡OH HIJO DE LA EXPRESIÓN!
Vuelve tu rostro hacia el mío y renuncia a todo salvo a Mí; pues Mi soberanía perdura y Mi dominio no perece. Si buscaras a otro fuera de Mí, es más, si explorases eternamente el universo, tu búsqueda sería en vano. 15
¡OH HIJO DE LA LUZ!
Olvídate de todo menos de Mí y comulga con Mi espíritu. Esto es de la esencia de Mi mandato; vuélvete, pues, hacia ello. 16
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
Conténtate conmigo y no busques a otro que te ayude; pues nunca podrá bastarte nadie sino Yo. 17
¡OH HIJO DEL ESPÍRITU!
No Me pidas lo que no deseamos para ti; conténtate, pues, con lo que hemos ordenado para ti, porque esto es lo que te beneficia, si con ello te contentas. 18
¡OH HIJO DE LA MARAVILLOSA VISIÓN!
Te he infundido un hálito de Mi propio Espíritu para que seas Mi amante. ¿Por qué Me has abandonado y has buscado a otro amado fuera de Mí? 19
¡OH HIJO DEL ESPÍRITU!
Mi derecho sobre ti es grande; no puede ser olvidado. Mi gracia para contigo es abundante; no puede ser velada. Mi amor ha fijado en ti su hogar; no puede ser ocultado. Mi luz te es manifiesta; no puede ser oscurecida. 20
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
En el árbol de refulgente gloria he dispuesto para ti los frutos más selectos, ¿por qué te has apartado y te has contentado con lo que es menos bueno? Vuelve, pues, a lo que es mejor para ti en el reino de lo alto. 21
¡OH HIJO DEL ESPÍRITU!
Te he creado noble; sin embargo tú te has degradado a ti mismo. Elévate, pues, a aquello para lo que fuiste creado. 22
¡OH HIJO DEL SUPREMO!
Te llamo a lo eterno; mas tú buscas lo que perece. ¿Qué te ha hecho apartarte de Nuestro deseo y buscar el tuyo? 23
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
No traspases tus límites, ni reclames lo que no te corresponde. Póstrate ante el semblante de tu Dios, el Señor de la fuerza y del poder. 24
¡OH HIJO DEL ESPÍRITU!
No te vanaglories por encima del pobre, pues a él le guío en su camino y a ti te contemplo en tu lamentable condición y te maldigo para siempre. 25
¡OH HIJO DEL SER!
¿Cómo has podido olvidar tus propias faltas y ocuparte de las faltas de los demás? Quien así obra es maldecido por Mí. 26
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
No murmures los pecados de otros mientras tú mismo seas un pecador. Si desobedecieras este mandato serías maldecido y esto Yo lo atestiguo. 27
¡OH HIJO DEL ESPÍRITU!
Sabe de una verdad: aquel que ordena a los hombres ser justos y él mismo comete iniquidad, no es de los Míos, aunque lleve Mi nombre. 28
¡OH HIJO DEL SER!
No atribuyas a ningún alma lo que no te habrías atribuido a ti y no digas aquello que no haces. Este es Mi mandato para ti; obsérvalo. 29
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
No deniegues a Mi siervo si te pidiera algo, pues su rostro es Mi rostro: avergüénzate, pues, ante Mí. 30
¡OH HIJO DEL SER!
Pídete cuentas a ti mismo cada día, antes de que seas llamado a rendirlas; pues la muerte te llegará sin aviso y serás llamado a dar cuenta de tus actos. 31
¡OH HIJO DEL SUPREMO!
He hecho de la muerte una mensajera de alegría para ti. ¿Por qué te afliges? He hecho que la luz resplandezca sobre ti. ¿Por qué te ocultas de ella? 32
¡OH HIJO DEL ESPÍRITU!
Con las gozosas nuevas de la luz Yo te saludo: ¡regocíjate! A la corte de santidad te llamo; permanece en ella para que puedas vivir en paz eternamente. 33
¡OH HIJO DEL ESPÍRITU!
El espíritu de santidad lleva hasta ti las gozosas nuevas de la reunión; ¿por qué te afliges? El espíritu del poder te confirma en su causa; ¿por qué te ocultas? La luz de su semblante te guía; ¿cómo puedes extraviarte? 34
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
No te afl.as a menos que estés lejos de Nosotros ni te regoc.es a menos que te acerques y te vuelvas a Nosotros. 35
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
Regocíjate en la alegría de tu corazón, para que seas digno de encontrarme y de reflejar Mi belleza. 36
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
No te despojes de Mi hermoso manto, ni pierdas tu parte de Mi fuente maravillosa, para que no tengas sed nunca más. 37
¡OH HIJO DEL SER!
Guarda Mis decretos por amor a Mí y niégate a ti mismo aquello que deseas, si buscas Mi agrado. 38
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
No descuides Mis mandatos si amas Mi belleza, ni olvides Mis consejos si quieres alcanzar Mi complacencia. 39
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
Aunque atravesaras veloz la inmensidad del espacio y recorrieras la extensión del cielo, aún no encontrarías paz salvo en la sumisión a nuestro mandato y en la humildad ante nuestro semblante. 40
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
Enaltece Mi causa para que te revele los misterios de Mi grandeza y brille sobre ti con la luz de la eternidad. 41
¡OH HIJO DEL HOMBRE! Sé humilde ante Mí, para que Yo te visite misericordiosamente. Levántate para el triunfo de Mi causa, a fin de que estando aún en la tierra obtengas la victoria. 42
¡OH HIJO DEL SER!
Haz mención de Mí en Mi tierra, para que Yo te recuerde en Mi cielo; así encontrarán solaz Mis ojos y los tuyos. 43
¡OH HIJO DEL TRONO!
Tu oído es Mi oído, oye con él. Tu vista es Mi vista, mira con ella, para que en lo más íntimo de tu alma atestigües Mi exaltada santidad, y Yo dentro de Mi ser dé testimonio de una exaltada posición para ti. 44
¡OH HIJO DEL SER! Busca una muerte de mártir en Mi sendero, contento con Mi voluntad y agradecido con lo que Yo ordeno, para que reposes conmigo bajo del dosel de majestad tras el tabernáculo de gloria. 45
¡OH HIJO DEL HOMBRE! Pondera y reflexiona. ¿Es tu deseo morir en tu lecho o derramar tu sangre en el polvo, un mártir en Mi sendero, y así llegar a ser la manifestación de Mi mandato y el revelador de Mi luz en el más alto paraíso? Juzga como es debido, ¡oh siervo! 46
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
Por Mi belleza! Teñir tus cabellos con tu sangre es más grande ante Mi vista que la creación del universo y la luz de ambos mundos. Esfuérzate, pues, por alcanzarlo, ¡oh siervo! 47
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
Hay un signo para cada cosa. El signo del amor es la fortaleza en Mi decreto y la paciencia ante Mis pruebas. 48
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
El verdadero amante ansía la tribulación como el rebelde anhela el perdón y el pecador la misericordia. 49
¡OH HIJO DEL HOMBRE! Si no te sobreviniese la adversidad en Mi sendero, ¿cómo podrías seguir los caminos de quienes están contentos con Mi voluntad? Si no te afligiesen las pruebas en tu anhelo por encontrarme, ¿cómo alcanzarías la luz en tu amor por Mi belleza? 50
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
Mi calamidad es Mi providencia, aparentemente es fuego y venganza, pero por dentro es luz y misericordia. Apresúrate hacia ella para que te conviertas en una luz eterna y un espíritu inmortal. Este es Mi mandato para ti; obsérvalo. 51
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
Si te llegase la prosperidad, no te regocijes y, si te sobreviniese la humillación, no te afl.as, pues ambas pasarán y dejarán de ser. 52
¡OH HIJO DEL SER!
Si te sorprende la pobreza, no te entristezcas; pues a tiempo te visitará el Señor de la riqueza. No temas la humillación, pues algún día descansará sobre ti la gloria. 53
¡OH HIJO DEL SER! Si pones tu corazón en este dominio eterno e imperecedero, y en esta vida antigua y perdurable, renuncia a esa soberanía mortal y pasajera. 54
¡OH HIJO DEL SER!
No te ocupes con este mundo, pues con fuego probamos el oro y con oro probamos a nuestros siervos. 55
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
Tú anhelas el oro y Yo deseo que te libres de él. Te consideras rico al poseerlo y Yo reconozco tu riqueza en que te santifiques de él. ¡Por Mi vida! Esto es Mi conocimiento y aquello es tu fantasía; ¿Cómo puede Mi propósito concordar con el tuyo? 56
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
Dispensa Mi riqueza a Mis pobres, para que en el cielo participes de la abundancia de esplendor inmarcesible y de los tesoros de gloria imperecedera. Pero, ¡por Mi vida! ofrendar tu alma es algo más glorioso, si tan sólo pudieras ver con Mi ojo. 57
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
El templo del ser es Mi trono; purifícalo de todo para que allí Me establezca y habite en él. 58
¡OH HIJO DEL SER!
Tu corazón es Mi morada; santifícalo para Mi descenso. Tu espíritu es Mi lugar de revelación; purifícalo para Mi manifestación. 59
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
Pon tu mano en Mi pecho, para que Me eleve sobre ti, radiante y resplandeciente. 60
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
Asciende a Mi cielo para que logres el gozo de la reunión y bebas el vino incomparable del cáliz de gloria imperecedera. 61
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
Han pasado muchos días sobre ti mientras te ocupabas en tus fantasías y vanas imaginaciones. ¿Hasta cuándo seguirás dormido en tu lecho? Alza tu cabeza del sueño, pues el sol ha ascendido al cenit y tal vez brille sobre ti con la luz de la belleza. 62
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
La luz ha brillado sobre ti desde el horizonte del Monte sagrado y el espíritu de la iluminación ha soplado en el Sinaí de tu corazón. Por tanto, líbrate de los velos de ociosas fantasías y entra en Mi corte para que seas digno de la vida eterna y merezcas encontrarme. Así, tal vez no te sobrevenga la muerte, ni la fatiga, ni la aflicción. 63
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
Mi eternidad es Mi creación; la he creado para ti. Haz de ella la vestidura de tu templo. Mi unidad es Mi obra; la he forjado para ti; atavíate con ella, para que seas por toda la eternidad la revelación de Mi ser imperecedero. 64
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
Mi majestad es Mi dádiva para ti, y Mi grandeza la muestra de Mi misericordia hacia ti. Lo que es propio de Mí nadie lo comprenderá, ni nadie lo podrá contar. Verdaderamente lo he preservado en Mis recintos ocultos y en los tesoros de Mi mandato, como una señal de Mi amorosa bondad hacia Mis siervos y de misericordia hacia Mi pueblo. 65
¡OH HIJOS DE LA DIVINA E INVISIBLE ESENCIA!
Se os impedirá amarme y las almas serán perturbadas cuando hagan mención de Mí, pues las mentes no pueden comprenderme ni los corazones contenerme. 66
¡OH HIJO DE LA BELLEZA!
Por Mi espíritu y por Mi favor! ¡Por Mi misericordia y por Mi belleza! Todo lo que te he revelado con la lengua del poder y he escrito para ti con la pluma de la fuerza, ha sido de acuerdo con tu capacidad y comprensión, no con Mi posición y la melodía de Mi voz. 67
¡OH HIJOS DE LOS HOMBRES!
No sabéis por qué os hemos creado a todos del mismo polvo? Para que nadie ¿se exalte a sí mismo por encima de otro. Ponderad en todo momento en vuestros corazones cómo fuisteis creados. Puesto que os hemos creado a todos de la misma substancia, os incumbe, del mismo modo, ser como una sola alma, caminar con los mismos pies, comer con la misma boca y habitar en la misma tierra, para que desde lo más íntimo de vuestro ser, mediante vuestros hechos y acciones, se manifiesten los signos de la unicidad y la esencia del desprendimiento. Tal es Mi consejo para vosotros, ¡oh concurso de la luz! Prestad atención a este consejo para que obtengáis el fruto de la santidad del árbol de maravillosa gloria. 68
¡OH VOSOTROS HIJOS DEL ESPÍRITU!
Sois Mi tesoro, ya que en vosotros he atesorado las perlas de Mis misterios y las joyas de Mi conocimiento. Protegedlas de los extraños entre Mis siervos y de los impíos entre Mi pueblo. 69
¡OH HIJO DE AQUEL QUE SE ALZÓ POR SU PROPIA ENTIDAD EN EL REINO DE SU SER!
Sabe que he derramado sobre ti todas las fragancias de santidad, te he revelado plenamente Mi palabra, he perfeccionado a través de ti Mi munificencia y he deseado para ti lo que he deseado para Mí mismo. Conténtate, pues, con Mi voluntad y sé agradecido conmigo. 70
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
Escribe con la tinta de la luz, en la tabla de tu espíritu, todo lo que te hemos revelado. Si esto no estuviera en tu poder, haz entonces tu tinta de la esencia de tu corazón. Si no pudieras hacerlo, entonces escribe con aquella tinta carmesí que ha sido derramada en Mi sendero. Esto es, en verdad, más dulce para Mí que todo lo demás, para que su luz perdure para siempre. 71